miércoles, 7 de noviembre de 2007

Como fue, que deje de ser profesora


La tomé de la mano y entramos. Recorrimos mi casa, ella me miró y preguntó: “¿dónde voy a dormir yo?”- me quedé pensando y atiné a decir “por ahora dormirás conmigo en mi cama”… ella sonrió y se puso colorada, camino en dirección a mi cuarto observó durante unos segundos y volvió a preguntar “¿vamos a ser pareja…así como un matrimonio?”… “bueno no se, depende de ti… yo quiero estar contigo, así como pareja”…ella me miró y dijo “yo voy a ser tu novia…quiero hacerte feliz, quiero aprender, quiero sentir”…la miré, me acerqué y le besé suavemente la frente, ella era un poco mas baja que yo.

No es por ser mala pero con el cambio de ambiente y de aire descubrí que ella no se había bañado, muy tierna la tomé y le dije, “lo primero que aprenderás es a usar el baño”. Entramos, le mostré como funcionaba la ducha, le pasé toallas y la dejé sola… era una idea mía de contenerme, para poder disfrutar más después.

Avisé que revisaría sus cosas para elegirle ropa, al abrir el saco y mirar su ropa, estas eran viejas, feas, sucias, maltrechas, sentí pena y al mismo tiempo tuve una idea para nuestro primer encuentro… la llamé para que se apurara, tomé su saco, lo tire dentro del baño y le dije que se vistiera rápido. Saldríamos a comprar… y así fue, fuimos a una tienda y le compré ropa nueva, especialmente ropa interior, nueva, juvenil y sensual, ya que yo la elegía… también me compré algunos juegos de ropa interior especiales.

Al llegar a casa propuse hacer un desfile de moda con la ropa que habíamos comprado… ella aceptó feliz, pero me sugirió que yo fuera la primera para que ella supiera como debía hacerlo… corrí a mi habitación, me desnudé y me coloqué un bikini pequeño que alguna vez compré en el pasado para un novio, pero que jamás lo usé en la playa… le grité que acomodara el sillón frente al pasillo, que prendiera la luz y tomara asiento… me coloqué una toalla para cubrirme entera desde el pecho hasta los muslos y caminé por el pasillo suavemente…

Notaba el mirar de Alejandra y cuando estuve cerca arranqué la toalla mostrando mi bikini, caminé hacia ella, giré cerca de su cara, caminé devuelta al pasillo y giré bruscamente para que mis pechos se agitaran, coloqué mis manos en la cadera, la miré directamente, giré y regresé a mi habitación. Me coloqué una diminuta tanguita y un brassier de encaje blanco… Salí por el pasillo y noté como Alejandra me miraba atónita, hice la misma secuencia anterior solo que pasé mas cerca y pude sentir su respiración en mis glúteos… así estuve paseándome, mostrando mi ropa interior durante un rato. La última prenda fue un pijama de dos piezas de raso, una blusita corta y un calzón (parecido a los short de deporte).

-Te toca a ti Alejandra-, ella muy tímida pero decidida me dijo que sólo me mostraría la ropa nueva ya que la vieja no le gustaba… le informé que había organizado el orden en el que debía colocarse las prendas… caminó suavemente a la pieza y luego de algunos minutos regresó caminando, traía puesto un conjunto de ropa interior negro de encaje, sus pechos se veían muy bien en ese sostén, la tanga era clásica, nada especial le cubría los glúteos… cómodas y para uso en la escuela. Luego de mostrar varios juegos similares, llego el momento de mostrar los conjuntos sexys… varios colaless, transparencias, encajes y demás. Ya no aguanté más la última prenda, era un conjunto rosado muy pequeño con una tanguita diminuta, me levanté, la abracé, nos besamos y comenzó el primer de muchos encuentros…

La tomé de la mano y la llevé al living, me quité la parte superior de mi ropa mostrando mis senos, ella los tocó suavemente, luego se inclinó y me besó el pecho derecho, succionando mi pezón… solté su brassier, ella se levantó, se sacó el sostén y nos tendimos en el sofá. Ella estaba sobre mi… dios, era increíble sentir sus senos sobre los míos, se frotaba sobre mi pecho rozando pezones contra pezones, la sensación era increíble, nuestras besos eran largos y sin separarse… con mis manos comencé a deslizar su tanguita… ella se detuvo, me miró, se levantó y junto a mi rostro se quitó el calzoncito, me senté y quedando frente a su vagina la toqué pasando toda la palma de mi mano por su conchita, llena de finos vellos suaves, su conchita estaba húmeda e hinchada… la jalé del brazo y la recosté, abrí sus piernas y comencé a masturbarla con mi mano, mis dedos masajeando su sexo…

La besé introduciendo mi lengua en su boca, ella abría más las piernas y cerraba los ojos… tomé una de sus manos y la introducí dentro de mi calzón, le susurré “haz lo mismo que yo”… así que las dos nos dimos placer. Sentía como sus fluidos inundaban mi mano, ella comenzó a agitarse hasta que arqueó su espalda, abrió su boca como si fuera a gritar, estuvo rígida durante unos segundos y se relajó… sacó su mano de mi conchita y me abrazó. Nos quedamos abrazadas durante un rato… le dije que estábamos muy sudadas, y que sería bueno tomar una ducha, la tomé de la mano y la llevé al baño.

Nos duchamos en silencio, nos secamos en silencio… al entrar al cuarto ella tomó el secador de pelo y luego de haber terminado se arrojó a la cama y me dijo que tenia hambre, miré el reloj de mi velador, eran las 14:15… habíamos vuelto de la tienda como al medio día, el tiempo había volado. Me puse una bata y fui a la cocina a preparar algo (panes con queso y unos vasos de leche) regresé y ella dormía muy cómoda y desnuda sobre la cama… la tapé, me recosté a su lado y me dormí. Repentinamente sentí sus manos en mi pelo… la miré, me sonrió y le dije que debía aprender algo nuevo… le enseñé a besar (utilizar su lengua)… estábamos abrazadas (eran como las 16:00) y ella me dijo que le gustaba mi conchita, que estaba depilada y arreglada y me pidió que le hiciera los mismo… fui al baño y traje mis elementos para depilar y afeitar… traje un pequeño piso redondo donde me sentaría… ella se sentó en el suelo frente a mi, me desnudé completamente (me excita hacerlo frente a ella) y comencé el trabajo.

Depilando completamente mi conchita… tocó su turno, también se desnudó completamente y se sentó en el asiento, calenté agua y mojé un paño para humedecer su pubis, recorté los vellos largos con tijera, y luego pase una maquina eléctrica para reducir mas el vello, y cuando estuvieron bastante cortos, con una maquina de afeitar retiré completamente los vellos de su conchita… con el agua tibia mojé su pubis… y luego saqué una crema para echarnos en nuestras conchitas, le mostré como untarla y las dos nos estuvimos pasando la crema… ella me dijo “ te gusta cómo se me ve…por que a ti se te ve muy bien”.

Estiró su mano y me tocó, me tomó y llevó mi mano a su conchita para que la tocara, era suave y tibia… me arrodillé frente a ella y me acerqué a su pubis; lo besé, pasé mi mejilla sobre su vagina, comencé a frotar mi cara sobre su conchita y pasé mi lengua por sus labios (nunca antes había estado con una mujer). Era extraño, era tibio, era suave, no tengo palabras para describir las sensaciones que sentía al pasar mi lengua por su conchita, apretar sus labios con mi boca, pasar la lengua por su clítoris, sentir el tibio sabor de sus líquidos que brotaban de ella. Se sentó en la orilla de la cama, se tendió de espalda, y continué saboreando esto que era nuevo para mí en un silencio que sólo era interrumpido por lo gemidos de Alejandra. Ella acomodó una pierna sobre mi espalda, apoyó sus manos sobre mi nuca, presionando hacia ella… así estuvimos un rato, hasta que ella me levantó y en silencio cambiamos de lado, me senté en la cama y ella de rodillas entre mis piernas… sentí su respiración tibia cerca de mi vagina, y luego sentí su lengua. Fue fabuloso, increíble… su lengua paseaba hasta mi ombligo… ella no sólo pasó su lengua sino que con sus dedos investigó todo mi conchita… estaba en el cielo. Cuando tuve la necesidad de sentir darle placer la coloqué sobre mí, quedando su conchita sobre mi cara y mi pubis bajo la de ella… nos dimos placer durante mucho tiempo, yo exploté y ella a los segundos después… quedamos agotadas y más sudadas que la última vez.

Me levanté, fui al baño, y me duché con agua helada. Salí y ella todavía estaba mirando el techo, caminé hacia el comedor y me senté en el sofá… al rato apareció Alejandra, toda mojada y goteando ya que se había duchado, pero no había encontrado toalla para secarse… yo tenia dos toallas, una envuelta sobre mi cuerpo y la otra enrollada en mi cabeza… me quité la toalla de mi cuerpo y la comencé a secar… estaba oscuro afuera, no sabia que hora era, ella se tumbó sobre mí en el sofá y nos tapamos con la toalla… así estuvimos un rato, en silencio, hasta que ella me pellizco un pezón, y comenzó a hacerme cosquillas, luchamos unos minutos y ella se recostó, yo me subí sobre ella y nos besamos apasionadamente, haciendo que la excitación volviera a subir, quedamos con las piernas entrelazadas (mi pierna, su pierna, mi pierna, su pierna) y de esta forma comencé a frotar mi conchita sobre el muslo de ella… me acomodé y logré colocar mi conchita sobre la de ella, en un beso extraño nuestros labios y clítoris se rozaban con fuerza… y comencé a frotarme sobre ella con fuerza, nuestros líquidos mojaban el sofá, nuestros gemidos contenidos vibraban el aire… al igual que con un hombre que la penetraba yo cabalgaba sobre ella cada vez más rápido y más fuerte, ella sujetaba mis glúteos empujando hacia ella para sentir con mayor intensidad el roce… era increíble, estaba como poseída, no podía dejar de moverme y moverme y moverme… hasta que un orgasmo explotó lanzando pequeños chorros de fluidos mutuamente… el orgasmo inundaba mi mente nublando todo, desde mi capacidad de moverme hasta la habilidad de pensar, ella se movía y tiritaba, con los ojos cerrados, me recosté a su lado, la abracé y así quedamos toda la noche…


En la mañana, al despertarme, con suavidad me levanté, eran como las 06:00am… la observé, escribí una nota y me fui a trabajar… en el colegio toda la mañana fue igual, no podía dejar de mirar los pechos y traseros de mis alumnas y compañeras de trabajo, imaginaba como seria tener sexo con ellas. Al medio día entré en la oficina del director y luego de hablar salí. Fui al fundo de mi padre, el tiene unos fundos grandes donde crían vacas para la ordeña, se dedica al negocio de la leche… hablé con él durante horas… y le conté que ya no quería seguir de profesora y que había renunciado al trabajo, mi padre me dijo que podía trabajar para él como su brazo derecho, acepté y regresé a casa… le conté a Alejandra lo sucedido, ella me abrazó y me besó…

Así durante algunos años ella fue mi novia, hasta que regreso del colegio y se fue con una beca a estudiar a la ciudad…

Este fue el principio de muchas aventuras con mujeres que me enseñaron y me educaron en el arte de dar placer…

Escribí este y otros relatos unos meses antes del regreso de Alejandra, ella se tituló en medicina, ella es ginecólogo obstetra… y lo que ocurrió durante los años que Alejandra no estuvo se los contaré más adelante…

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