miércoles, 7 de noviembre de 2007

En el baño con una conocida


Siempre había tenido ganas de tener sexo con una mujer pero todos esos deseos los guardaba para mí.
Una noche mi hermana me invito a una comida en casa de su novio por el aniversario de sus suegros, yo ya conocía a la familia así es que acepte la invitación.
Fui con una mini falda negra y una blusa roja que hacia resaltar mis tetas y mi culo.
Había una amiga de la familia de 20 años bastante apetecible y me acordé de todos mis deseos por tener sexo con una chica.
Cuando empezamos a cenar me senté al lado de ella y trataba de rozar sus caderas con disimulo. Ella lo noto y me respondió con unas caricias en mi pierna. Entendí con esto que al igual que yo quería tener algo conmigo.
Al acabar la cena conversamos un poco y le conté de mis deseos. Ella me dijo que siempre a deseado estar con una chica pero por miedo no lo hacia y al darse cuenta de mis intenciones en la cena se atrevió a tocarme.
Después de estas declaraciones nos fuimos al patio y nos besamos con pasión hasta tocarnos por encima de la ropa. Estábamos lo suficientemente excitadas y decidimos ir al baño del segundo piso. Subimos las escaleras sin aguantar un minuto más y nos encerramos en el baño para por fin realizar nuestros deseos.
Nos desvestimos, nos tocamos y nos hicimos sexo oral con desesperación.
En un comienzo ella tomo la iniciativa y me sentó en el borde de un mueble se agacho y me lamió la zorra hasta hacerme venir en su boca. Luego de eso me dio vuelta y me chupo el ano. Me metió un dedo en el hoyo, después dos y al fin tres hasta hacerme venir de nuevo dejando su mano empapada.
Era mi turno y la senté en el wc para lamerle la zorra. Me pedía mas así es que la abrí un poco más y metí mis dedos. Con esto se vino.
Me senté sobre ella y le mame las tetas hasta morderle un poco los pezones me decía quiero que me masturbes. Ya estaba de nuevo caliente, entonces la coste en el piso como era alfombrado e hicimos un genial 69. Estuvimos así unos minutos hasta soltar el chorro. Nos limpiamos mutuamente nos acariciamos un poco y nos vestimos nos besamos y salimos del baño juntas.
Nadie noto nuestra ausencia y no hablamos más en el transcurso de la noche. Al despedirnos me dijo eres la mas caliente y tienes las tetas mas deliciosas. Yo solo sonreí y con mi mano derecha le rocé una de sus tetas.
No la he vuelto a ver pero le estoy muy agradecida porque esa vez tuve la mayor excitación, ni con un hombre me sentí tan caliente como con ella.

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