Siempre había tenido ganas de tener sexo con una mujer pero todos esos deseos los guardaba para mí.
Una noche mi hermana me invito a una comida en casa de su novio por el aniversario de sus suegros, yo ya conocía a la familia así es que acepte la invitación.
Fui con una mini falda negra y una blusa roja que hacia resaltar mis tetas y mi culo.
Había una amiga de la familia de 20 años bastante apetecible y me acordé de todos mis deseos por tener sexo con una chica.
Cuando empezamos a cenar me senté al lado de ella y trataba de rozar sus caderas con disimulo. Ella lo noto y me respondió con unas caricias en mi pierna. Entendí con esto que al igual que yo quería tener algo conmigo.
Al acabar la cena conversamos un poco y le conté de mis deseos. Ella me dijo que siempre a deseado estar con una chica pero por miedo no lo hacia y al darse cuenta de mis intenciones en la cena se atrevió a tocarme.
Después de estas declaraciones nos fuimos al patio y nos besamos con pasión hasta tocarnos por encima de la ropa. Estábamos lo suficientemente excitadas y decidimos ir al baño del segundo piso. Subimos las escaleras sin aguantar un minuto más y nos encerramos en el baño para por fin realizar nuestros deseos.
Nos desvestimos, nos tocamos y nos hicimos sexo oral con desesperación.
En un comienzo ella tomo la iniciativa y me sentó en el borde de un mueble se agacho y me lamió la zorra hasta hacerme venir en su boca. Luego de eso me dio vuelta y me chupo el ano. Me metió un dedo en el hoyo, después dos y al fin tres hasta hacerme venir de nuevo dejando su mano empapada.
Era mi turno y la senté en el wc para lamerle la zorra. Me pedía mas así es que la abrí un poco más y metí mis dedos. Con esto se vino.
Me senté sobre ella y le mame las tetas hasta morderle un poco los pezones me decía quiero que me masturbes. Ya estaba de nuevo caliente, entonces la coste en el piso como era alfombrado e hicimos un genial 69. Estuvimos así unos minutos hasta soltar el chorro. Nos limpiamos mutuamente nos acariciamos un poco y nos vestimos nos besamos y salimos del baño juntas.
Nadie noto nuestra ausencia y no hablamos más en el transcurso de la noche. Al despedirnos me dijo eres la mas caliente y tienes las tetas mas deliciosas. Yo solo sonreí y con mi mano derecha le rocé una de sus tetas.
No la he vuelto a ver pero le estoy muy agradecida porque esa vez tuve la mayor excitación, ni con un hombre me sentí tan caliente como con ella.
miércoles, 7 de noviembre de 2007
En el baño con una conocida
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